martes, 13 de febrero de 2007

Lamentable espectáculo

El domingo el Fútbol Club Barcelona (FCB) se impuso al Rácing y mantuvo de esta forma su liderato al frente de la liga española. Sin embargo, esto no es lo importante sino que el hecho que marcó el partido fue la espantada del camerunés Eto'o. A falta de cinco minutos para la conclusión del partido el barcelonista se negó a saltar al césped. No es la primera vez que hace
una de estas. Sólo hace falta recordar aquella vez en la que le cambiaron en la Supercopa y se marchó de malas formas o cuando se enfadó con Luis Aragonés en su paso por el Mallorca. Actitudes como éstas hace que el camerunés tenga esa fama de prepotente ante el resto del mundo. Las críticas no se han hecho esperar y Ronaldinho ya ha expresado su malestar por el plante del camerunés. Sin embargo hay dos cosas que no se entienden muy bien en todo este culebrón: uno ¿por qué Laporta le saca la cara si lo que ha hecho es tener una rabieta de crío pequeño?, y dos ¿por qué Rijkaard se lo ha tomado con tanta filosofía? No se deberían permitir este tipo de rebeliones. Encima hay que aguantar que el "niño bonito" haya salido hoy a rueda de prensa y haya arremetido, además de contra Sandro Rosell (que no es santo de mi devoción) contra el técnico holandés Rijkaard y Ronaldinho. Hace falta tener valor para arremeter contra tu propia "empresa", la cual, te paga una pila de millones. Decir que en el Barça hay dos bandos y que algunos no quieren que vuelva es tal locura que no hay a quién se le pase por la cabeza buscar una razón. A esto también se le añaden perlas del tipo que su técnico es mala persona o el recadito que le manda a Ronaldinho. Veremos que es lo que hace ahora Laporta con el niño mimado. Mientras tanto, lo que debería hacer el camerúnes es una pequeña reflexión para si mismo y pensar en lo que ha hecho. Dar un lamentable espectáculo. Gracias Samuel.

1 comentario:

joshybauer dijo...

A tomar por culo con Eto´o! Que lo vendan ya y renueven a Saviola y traigan de nuevo a Maxi López, el Alemán.