martes, 28 de noviembre de 2006

Punto y final

Dice el proverbio que cuando el río suena agua lleva. Pues en este caso se ha cumplido, porque todos esos rumores que hablaban de que Félix Sarriugarte no iba a continuar en el banquillo rojiblanco se cumplieron tras su destitución ayer a última hora de la tarde. Pero la crisis que vive el club a nivel deportivo es una gran consecuencia de la crisis institucional, que pese a que muchos se niegan a ver, continúa latente en la catedral del fútbol. El otro día hablaba con un socio del Athletic y me decía que a Sarriugarte no hay que defenderle ni atacarle. Y yo también lo creo así, pero pienso que tampoco se puede someter a una presión total al entrenador y sobre todo hablar de él sin haber hablado primero con él. Vamos a remontarnos a los hechos. Sarriugarte llegó en julio con toda la ilusión del mundo a entrenar al club de sus amores: el Athletic. De acuerdo que en el fútbol no se pueda vivir de ilusiones, sino de resultados y como esto son han llegado el entrenador a la calle. No han pasado ni seis meses y ya se está oyendo el nombre del siguiente entrenador. Esto me recuerda a algo que está pasando en la casa del “rival”. La causa de todo esto es que en estos últimos tiempos se han hecho demasiadas apuestas personales en el hogar rojiblanco, ya que Félix no ha sido el primero en serlo, sólo hay que acordarse de Mendilibar (eso sí, se le echó a la calle y ahora triunfa en el Valladolid). Lo peor de todo esto es lo que sufre la parroquia con todo este tema. No es plato de buen gusto ver a tu equipo hundido en el fondo de la clasificación y menos viendo que no hay síntomas de cambio por ninguna parte. Pese a todo Sarriugarte se ha ido como un gran hombre. Gracias Félix y nos vemos en los campos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo recordaremos con una sonrisa...

Anónimo dijo...

Félix se ha marchado como un caballero. En silencio, sin decir una palabra más alta que otra. Es una persona trabajadora, y conoce muy bien al Athletic.

Pese a todo, no ha podido dirigir la escuadra rojiblanca como él quería. Una defensa que hace aguas, un centro del campo que no crea juego y unos atacantes que parecen hermanas de la caridad. Así es difícil. Fue el mismo Félix quien declaró en su despedida ante los medios que "estamos lejos de tener el Athletic que todos deseamos".

Lamikiz se fue a finales de septiembre y todavía estamos pagando su mala gestión, tanto en lo deportivo como en lo económico. Como ya sucediera con Mendilibar, Lamikiz presentó a Sarriugarte como una "apuesta personal". Decía que era la persona más adecuada para entrenar al Athletic en esta campaña. Pero todos sabemos que las apuestas del ex-presidente rojiblanco son como las apuestas de Julián Muñoz en temas inmobiliarios: siempre salen mal. No me cabe la menor duda de que Félix era un buen técnico, que sabe mucho de fútbol. Pero señores, no contaba con experiencia en Primera División, y eso se nota (más todavía en un equipo difícil de sacar adelante como el Athletic).

Ahora llega Mané, técnico por todos conocidos cuya mayor gesta fue llevar al Alavés a la final de la UEFA hace seis temporadas. Sinceramente, creo que tiene un reto complicado por delante. Confiaremos en el de Balmaseda porque tal y como estamos tenemos que agarrarnos a un clavo ardiendo.

El autor de este artículo señalaba la crisis institucional que vive la entidad bilbaína como principal causa de la crisis deportiva. No tengo nada que objetar, insisto en que todavía estamos pagando las consecuencias del mandato de Lamikiz. Y lo que nos queda.

Esperemos que Mané aporte lo máximo posible para que la situación mejore. Por el bien del Athletic, por el bien del fútbol vasco.

Gracias Félix por haberlo intentado.

Un socio del Athletic