sábado, 25 de noviembre de 2006

¿Qué será lo siguiente?

El otro día oyendo un programa deportivo, de estos que ayudan a conciliar el sueño, oí algo que me provocó exactamente lo contrario: pesadillas. Me gustaría saber porque a Silva se le ha retirado la tarjeta roja que vio en el partido disputado ante el Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán. El Comité de Competición debe creer que como se acerca la Navidad ellos pueden jugar el papel de Reyes Magos y hacer lo que hicieron: convertir la roja de Silva en amarilla. No suficiente con eso, el Comité de Apelación ha querido jugar a ser Papa Noel y les ha dado la razón a los valencianistas. En definitiva, ya hay nuevo lío montado en la liga. Si aplicamos a todos el mismo rasero esto se va a acabar convirtiendo en una casa de p… Me parece hasta soberbio llevar la contraria a la decisión tomada por el árbitro, y todo porque los “máximos” organismos consideran que no es merecedor de la misma. Que pasa, ¿qué ahora todos somos árbitros? Una pregunta que lanzó al aire es ¿se la hubiesen quitado al chaval si en vez de ser jugador del Valencia lo fuese del Nástic? Esta es siempre la eterna pregunta y siempre recibe la misma respuesta: no. Me provoca urticaria ver cómo al grande siempre le dan la razón y con el pequeño nunca pasa lo mismo. Cómo los organismos sigan jugando a este juego de que ellos son los “buenos” y “justos” y los árbitros los “malos” la cosa va finalizar muy pero que muy mal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El fútbol es el deporte más bonito del mundo. Lo es por que nunca se repite, pq el más pequeño puede ganar al mas grande por coraje y corazon y porque es un deporte natural, con errores. Los jugadores fallan goles cantados, pases fáciles y los arbitros ven cosas inexistentes, expulsan injustamente y provocan la ira del público. Él partido acaba cuando terminan los 90 minutos y en el campo se quedan los goles, las emociones, la sangre, las sensaciones y los errores. Si el fútbol fuese perfecto, ese sería el mayor de sus defectos.