sábado, 25 de noviembre de 2006

Apreciado

Un hombre hecho a si mismo en el mundo del fútbol. De esta forma podríamos definir a Manolo Preciado. Dicen en los libros de historia que las guerras y sobre todo las batallas que se forjan en ellas son duras, por ello pienso que Manolo en otra vida tuvo que ser ese David que ganó en una batalla a Goliat. Ese bigote que lleva con un estilo que nos puede hacer recordar al mejor Groucho Marx y esa planta que le caracteriza en el campo hace que sea un entrenador cercano, cariñoso, valiente, y hasta si me apuras capaz de jugarselo todo por su equipo. Todo el mundo guardará en la retina aquella drámatica situación en la que Manolo subió al Levante a la primera división y en un trágico acciente murieron su mujer y su hijo. Sin embargo, como buen guerrero que es salió adelante. Esa capacidad, ese afan de lucha lo está disfrutando ahora el Sporting, y de que manera. Un equipo joven que, a priori, nadie contaba con el se esta convirtiendo en uno de los grandes de segunda. Barral, Congo, Diego Castro o David Karanka están disfrutando del fútbol, gracias a el, a Manolo Preciado. Disfrutar del fútbol, algo que hoy en día se ha convertido prácticamente en una utopía. Leganés, Racing o Torrelavega tuvieron el placer, y digo placer porque Preciado es uno de los grandes, de saborear las mieles del éxito con este simpatico entrenador. Nadie podrá olvidar ese abrazó de Congo con su entrenador cuando el Sporting ganó 5-4 (aquello pareció un partido de tenis) al Cádiz en el Molinón en la undécima jornada liguera. Esa ilusión es la que ha hecho que el Sporting este quinto en la clasificación, a tan sólo un paso de entrar en el Olimpo de los dioses. Olimpo de los dioses en el que entrara gracias a un hombre: Manolo Preciado. Gracias Manolo por hacernos ver que el fútbol puede ser también ilusión. GRACIAS.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciado es una de esas personas que se hacen querer. Un tío con los pies en el suelo, siempre amable con la prensa, con los jugadores.

Hay un hecho que define bien su personalidad. Hace cinco temporadas, Manolo Preciado entrenaba al Racing. El equipo hacía un buen fútbol, se encontraba en la zona media de la tabla. En el mes de enero, el showman Piterman compró la mayoría de las acciones del club cántabro y se hizo con las riendas del club. Todos sabemos cómo se las gasta este multimillonario aficionado al PC Fútbol (comprar equipos es lo suyo). Pues bien, Preciado se marchó. Un tío con principios, ya que podía haberse quedado en el Racing cobrando más de lo que cobraba antes. Y por supuesto, se fue en silencio, sin hacer ruido. Ese no es su estilo.

Manolo es una persona de las de verdad, una persona que se ha labrado una carrera en este complejo mundo del fútbol. Un tío campechano, bondadoso y trabajador que además, sabe mucho de fútbol.

Desde luego Manolo es un bien preciado que el Sporting debería cuidar.

Gracias Josu por recordarnos a esta gran persona.

Anónimo dijo...

Por cierto, no soy anónimo, soy Carlos